Ventas
El destino de Europa occidental depende de Winston Churchill en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial. El recién nombrado primer ministro británico debe decidir si negocia con Hitler o si lucha contra su temible potencial bélico. Durante las siguientes cuatro semanas de 1940, Churchill consolida su legado, ya que sus valientes decisiones y liderazgo ayudan a cambiar el curso de la historia mundial.